viernes, 18 de mayo de 2018
Cruno
Dos horas y media en una amplia sala con el aire consumido a sudor. Teatro que demanda hasta la última lágrima de tu atención para ser considerado entendido. Camisetas encharcadas, mentes consumidas, posturas desgastadas. Una obra más un viernes noche más. Y he de dedicarlos, sin reconocimiento. Dos horas y media. Imaginarme el momento actual, la espera que se hace tan larga entre aire tibio y que en verdad es corta si la miras desde el final. Que mi cabeza se ocupe de cuadrar y seguir alisando el hilo de este argumento indefinido, aun teniendo otros recuerdos que palpar, relevantes. Dos horas y media.
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